Mi querida máquina

No se siente el traqueteo de los viejos trenes Talgo que dejaban largos ratos a la imaginación, pero encierra en su transcurso veloz el mismo espacio que da pie a la intimidad pública, a la autorreflexión en marcha, al cuasi psicoanálisis de lo cotidiano.

Me gusta verme sola y mirar por sus ventanas las cuales dan amplitud a las situaciones. Me gusta dormirme en su regazo y soñar lo que despierta, despertarme unos minutos antes de llegar y disfrutar de mis imaginaciones. En lo último me conformo con palabras a través del hilo o más aun, escritas. Soy conformada soñadora.

El monótono sonido una vez alcanzada la velocidad crucero hace coro a lo que me dices y pi pi pi comienza el viaje, !ya puedes hablar! Puedes hablar y reirte, por favor, riéte, si tu ríes, gano bonus, miro la tv y adivino lo que dicen y sonrío por dentro y por fuera porque cuando ríes das carta blanca a mi felicidad inmediata.

El viaje es con paradas, las mismas que impone el sentido común, como un aviso; ese sentido común, que bien pensado, no siempre impera.

Y pi pi pi, estimados clientes gracias por confiar en nosotros sus viajes, ponemos a su disposición todos nuestros servicios y esperamos contar con ustdes en posteriores ocasiones. Así es como cierro capítulos que traducido viene a decir: nos has confiado inquietudes, sueños y esperanzas, apeate y el tiempo vuelve a correr, no te olvides de parar el reloj de arena a tu bajada. Vuelve pronto y trae nuevas pasiones para engrosar nuestra compilación de historias de vida que nada nos importan y tan importantes nos son.

Bajo y pi pi pi se cierran las puertas del mundano guarda vidas presurizado.

1 comentario:

Sociobear dijo...

Estoy seguro que si coincido con alguna de esas máquinas estaría en la misma situación que tú, o aún peor.

Por acá tenemos nuestras vetustas y desfasadas máquinas que no hacen pipipi, sino un cronch, run, ruun, ruuuuun... desesperante, pero, que complicado, también llamativo, que me mantiene como un gato detrás de su bola de hilo.

Y me imagino a ti imaginándome a mi a tu lado, disfrutando de ese paseo, con tanta tranquilidad que no da espacio a la conversación.