Feed Back

Caer las hojas del árbol encolerizan las ramas que rebosan sabia y vida. Cicatrizada en el tronco bruñida tiene una signa, subsana sus sentimientos tan sólo en los ventanales. Y esconde tras las murallas cegadas por un resplandor, las ansias y los deseos de despertar del letargo que con luna de testigo acaeció en sus vidas. Desconocer la jugada del rey blanco en el tablero, conduce a la dama negra a implicarse de colores que la conviertan en roja. Y sin ayuda de torres tan solo otra dama negra subyugue placeres blancos que a sí misma favorezcan.